Washington— El equipo legal de Donald Trump cerró este viernes la defensa del ex Presidente en su juicio político, tras usar sólo poco más de 3 horas de las 16 disponibles y buscando reconstruir la narrativa de sus acciones en torno al asalto al Capitolio.
La defensa planteó que Trump no fue responsable por ataque de sus seguidores el pasado 6 de enero y que durante toda su Presidencia denunció la violencia. Los abogados presentaron clips de demócratas pidiendo a sus partidarios “pelear” y otros de Trump venerando “la ley y el orden”.
“Este juicio es mucho más que sólo sobre el Presidente Trump”, dijo Bruce Castor, uno de los abogados, al cerrar los alegatos.
“Se trata de silenciar el discurso con el que la mayoría no está de acuerdo. Se trata de cancelar 75 millones de votantes de Trump y criminalizar los puntos de vista políticos”.
En las pocas horas de argumentos, los abogados de Donald Trump calificaron el juicio político como “una cacería de brujas” y “una venganza política inconstitucional”.
El equipo de abogados descartó que al pedir a sus seguidores “pelear como el demonio”, Trump no estaba buscando socavar la elección nacional, sino que estaba pidiendo a la multitud que apoyara su lucha en contra de sus rivales para presionar por una reforma electoral.
Los abogados confiaban en que tenían suficientes votos de los republicanos para absolver a Trump por segunda vez en poco más de un año y utilizaron sólo tres de las 16 horas que se les asignaron para presentar su caso. Esto abrió el camino para la siguiente fase del juicio, en la que los senadores tendrán hasta cuatro horas el viernes por la noche para plantear preguntas a los fiscales y abogados defensores.
La defensa de Trump presentó sus alegatos luego que los nueve fiscales de la Cámara de Representantes pasaron dos días presentando sus alegatos contra el ex Presidente a través de videos nunca antes vistos del motín del 6 de enero.
Desesperado por aferrarse al poder, argumentaron los demócratas, Trump incitó a sus seguidores a unirse a su esfuerzo y lo volvería a hacer, dijeron, si el Senado no lo condenaba ni le prohibía ocupar el cargo en el futuro.
Entre los argumentos centrales de los abogados se encontraba que el Senado “carece de jurisdicción” para juzgar a un ex Presidente que ahora está fuera del cargo, que la conducta de Trump estaba protegida por la Primera Enmienda y que no se acercaba a la definición legal de “incitación”.
“La realidad es que Trump no estaba de ninguna manera instruyendo a estas personas a luchar usando la violencia física”, dijo Van der Veen, de su defensa legal.